domingo, 6 de noviembre de 2011

Quedate donde pueda verte

Y allí estaban, dos hormiguitas pertenecientes a este mundo, caminando por nuestra ciudad, con el mismo rumbo, nosotros. Y de la mano, el la llevaba a sitios nunca imaginados, donde soñar se quedaba corto, y de un salto la subía a lo mas alto, frente a las mejores vistas y bajo la luna, sevilla brillaba con luz propia, y aunque estuvieran frente a algo precioso, ella podía ver algo incluso mas bello que aquello, el brillo de su ojos, y lo grande de su corazón


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