Estar estaban allí los dos, sin saber que hacían el uno al lado del otro, ambos sabían que no tenían que caminar juntos, que ella tenía que haber torcido a la izquierda, y él debía haber seguido recto, pero aún asi, se revelaron una vez mas contra lo correcto, y fueron de la mano, sin saber que hacían, a donde iban, o porqué lo hacían. Bueno cuentan las lenguas que si sabían porque lo hacían, pero no sabían como hacerlo, ninguno de los dos sabía como quererse, como amarse sin hacerse sufrir, como hacerlo sin que uno acabase llorando, y ella, que decidió antes que el, ir de su mano, sabía que ella era la culpable, sabía que no conocía las reglas, sabía, que por lo menos no las cumplía, sabía que la única norma era hacerle feliz, y que no lo estaba consiguiendo, aún así no le soltó en ningun momento, no dejó de apretarle tan fuerte ni por un segundo, y fue porque le daba igual, supiese como hacerlo o no, era lo que mas amaba y era para siempre.
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